El Departamento de Transportes de Estados Unidos ha elevado de forma significativa sus estándares de consumo de combustible, por primera vez desde que se establecieron en 1975. Los coches ahora deberán consumir 7,8 L/100 Km (antes 8,5), mientras que los camiones ligeros (una categoría muy popular en Estados Unidos, y la que proporcionaba mayores beneficios antes de la crisis), deben llegar a 9,8 L / 100 Km (antes 10,2, una pequeña mejora, pero mejora al fin y al cabo). Estas reglas se aplican a los modelos nuevos a partir de 2011.
Estas cifras están muy lejos de lo que estamos habituados en Europa, de lo que pueden dar los coches híbridos o los micro-coches, como el nuevo Tata Nano, capaz de dar 4,2 L/ 100 Km.
Reducir el consumo de los coches es una medida eficaz contra las emisiones de CO2, y sin los efectos secundarios indeseables de los biocombustibles (deforsstación, encarecimiento de alimentos, deterioro mecánico).
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