El derrame de petróleo del Golfo de México ha permitido a los grupos promotores del uso del etanol como sustitutivo hacer campaña en favor de mayores ayudas gubernamentales.
Actualmente hay más de 200 plantas productoras de etanol, casi todas a partir de maíz, distribuidas en 27 estados norteamericanos, que producirán 12,5 mil millones de galones, consiguiendo así la saturación del mercado con E10, que es la gasolina habitual ahora en Estados Unidos, e incluye un 10% de etanol. La EPA está estudiando la posibilidad de aumentar este porcentaje al 15%, pendiente de un estudio sobre el impacto en la vida útil de los motores.
Este uso de etanol no le sale gratis al consumidor norteamericano: la refinerías que mezclan etanol con gasolina reciben un crédito en impuestos de 45 centavos de dólar por galón (más o menos 10 céntimos de euro por litro). En total, 22 mil millones de dólares entre 2005 y 2010.
Pero aunque la tecnología permita construir motores adaptados al uso de etanol en un futuro próximo, no parece fácil que se pueda sustituir totalmente la gasolina por etanol: según un estudio de Jan F. Kreiger, de la Universidad de Colorado, para conseguir que la gasolina usada en Estados Unidos tuviera un 25% de etanol harían falta 180 galones de agua por galón de gasolina, y el 51% de la tierra cultivable. Incluso el etanol de base celulosa, que se está introduciendo como sustituto del etanol a base de maíz, requeriría 146 galones de agua por galón de gasolina y el 35% de la tierra cultivable.
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