Leo en un publirreportaje de Toyota (6 páginas en la revista Time) el anuncio de un biofuel más amigable, a base de virutas de madera. Los biofuels como el etanol, considerados como neutros en emisión de CO2 (el CO2 emitido a la atmósfera al consumirlo es equivalente al absorbido de la atmósfera durante el crecimiento de la planta), se consiguen a partir de de maíz, caña de azúcar y soja, lo que está provocando problemas de abastecimiento e incrementos de precio, perjudicando a los países más pobres. Las nuevas técnicas que Toyota está desarrollando para obtener etanol celulósico evitarán este efecto colateral de la lucha contra el calentamiento global.
Y es que ya se empieza a reconocer incluso institucionalmente que la fabricación de etanol a partir de productos alimenticios para reducir el calentamiento global está arruinando los progresos hechos en los últimos años en la erradicación del hambre. El desarrollo sostenible tan de moda entre los progres de los países ricos está provocando el hambre en los países pobres, no dentro de 50 años, ahora mismo.
¿Deberíamos procesar a los environmentalistas por provocar el aumento del hambre en el mundo?
1 comentario:
¡Uff!!, ya veo a los de Toyota esquilmando los bosques. La solución al equilibrio energético no está ni en el escaso petróleo ni en los costosos biocombustibles. La solución puede ser el hidrógeno, con el que también se contamina en su generación, pero visto el desastre humanitario que se nos puede venir encima, la alternativa es bastante más lógica que dedicar nuestros cultivos a llenar el depósito de combustible.
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