Digresión: sobre los recursos para luchar contra el calentamiento global

Leo en el Magazine de El Mundo del pasado domingo 30 de septiembre un recuadro, firmado por Antonio Ruiz de Elvira, catedrático de Física de la Universidad de Alcalá de Henares, Madrid. Cito textual, a propósito de una conferencias sobre desertificación celebradas en Madrid: 'Si un extraterrestre observara estas conferencias - como las del cambio climático o las de caza de ballenas - pensaría que los seres humanos son estúpidos, y no andaría muy equivocado en su apreciación. ¿Qué mal puede derivarse de luchar contra la desertificación, contra el cambio climático, o eliminar la caza de ballenas? Hacer estas cosas sólo puede traernos ventajas. Entonces ¿por qué la resistencia a adoptar mejores medidas? Es siempre el mismo problema: la ganancia de unos pocosfrente a la ganancia de la mayoría. Mientras manden los señores feudales, la población sufrirá.'
Y se queda tan ancho. Pero precisamente uno de los axiomas de los ecologistas es que los recursos no son ilimitados. Por eso el dinero destinado a luchar contra el cambio climático no se destina a otros fines, como la lucha contra el cáncer, el alzheimer o la malaria; o la lucha contra el hambre, etc. Es el dinero peor empleado, porque el hombre no puede alterar el clima, que ha estado cambiando siempre y siempre seguirá cambiando. Eso sí, mientras dure la moda, tenemos a una legión de dignatarios políticos y científicos viviendo una época dorada de dotaciones presupuestarias, becas, donaciones, congresos en lugares exóticos y repercusión mediática. Son unos pocos (unos cuantos pero pocos) viviendo a costa de todos los demás - eso sí para librarnos de un mal que nos acecha dentro de 100 años.