Parece que China no se entera de la movida del calentamiento global. Cuando todo el planeta se está calentando a ritmo frenético y con consecuencias irreversibles, va China y se me resfría. Tal vez el tono es irreverente, pero lo que en realidad es una falta de respeto a los más de 70 muertos, más de 1,5 millones de evacuados, y más de 100 millones de afectados en estas últimas semanas en China, debido a la ola de frío, es el discurso de Al Gore y los voceros del cambio climático, proclamando la venida del apocalipsis y la necesidad de actuar ya.
China es ya o está a punto de ser, el primer emisor de CO2 del mundo. Debe limitar su desarrollo en virtud de los ruegos del IPCC? Debe decir a sus ciudadanos que no pueden aspirar a tener un coche porque contaminan? Debe prohibir a sus ciudadanos que pongan la calefacción?
Tal vez hagan falta menos prohibiciones y más investigación en sistemas más eficientes. Y antes de prohibir a los ciudadanos nada, los gobiernos locales, regionales, nacionales, deberían dar ejemplo de contención de despilfarro energético. Sólo así su mensaje resultaría algo creíble.
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